Las grandes fortunas de la India adquieren ostentosas casas a escasos metros de los barrios depauperados

• Un empresario de Bombay ocupará una residencia de 27 pisos


Mientras en medio mundo el sector de la construcción se tambalea a causa de la crisis, en la India, donde 600 millones personas vive bajo el umbral de la pobreza, cada vez son más los nuevos ricos en busca de una casa lo más grande posible.

Si antes una vivienda de 1.000 metros cuadrados era considerada un despilfarro, solo visto en Delhi o en Bombay, hoy cada vez son más los indios que quieren más espacio. En el país asiático, donde las disparidades son galopantes a la vez que crecientes, «las principales ciudades tienen al menos 500 residencias con un valor de 1,5 millones de euros», explica S. Krishnamurty, uno de los miles de agentes inmobiliarios de Bombay.

Las 52 fortunas más nutridas de la India representan una cuarta parte del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Un millón de indios tiene más de 60.000 euros en su cuenta corriente y unos 100.000, más de 600 millones, según la consultora Merry Lynch.
Y 16 de los 40 magnates más acaudalados viven en Bombay, la capital financiera. Aquí también reside la punta del iceberg de la opulencia, Mukesh Ambani, el cuarto hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.

A Ambani, presidente del conglomerado industrial de petróleo y gas Reliance, se le tenía por un hombre discreto hasta que se supo de la ostentosa vivienda que se está construyendo en Bombay: la más cara del globo, un rascacielos de 1.460 millones de euros. En una ciudad donde uno de cada dos residentes vive en una chabola, Ambani, su mujer, sus tres hijos y la madre de él pasarán a ocupar una residencia de 27 pisos y 122.000 metros cuadrados de superficie. De abajo a arriba, el edificio constará de seis plantas de aparcamientos, un vestíbulo con nueve ascensores y dos pisos para los cuidados de salud y belleza.

En la casa habrá espacio de oficinas y estancias para cada momento. Para el descanso, la familia se refugiará en las zonas verdes –auténticos jardines– cuando el insoportable calor del monzón haga estragos en la urbe. También habrá estancias para mantenerse en forma y para el ocio, como un teatro con aforo para 65 personas. La azotea, a 167 metros del suelo, será un helipuerto para tres aeronaves. Para su mantenimiento, tendrán un ejército de 600 sirvientes y la tecnología, cómo no, será de última generación.
Curiosamente, la casa en que reside Lakshmi Mittal, el siguiente en la lista de millonarios indios, en el Reino Unido fue también en su día la más cara del mundo. El magnate del acero adquirió en el 2004 la exclusiva propiedad del patrón de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone, en la llamada «línea de los mil millonarios» en el barrio londinense de Kensington. La residencia del hombre más rico de Gran Bretaña es una muestra tan extravagante de riqueza que la llaman el Taj Mittal.

El tercero más acaudalado del subcontinente es hermano del primero. Anil Ambani posee la mitad del negocio de Reliance –telecomunicaciones y banca–, y posee una buena parte de las acciones de la productora cinematográfica estadounidense DreamWorks, de Steven Spielberg. La prensa especula con que el multimillonario está en negociaciones para hacerse con la Metro Goldwyn Meyer, una de las productoras más poderosas de Hollywood. Lo que ya es seguro es que Anil, una vez se mude Mukesh a su nuevo rascacielos, pasará a habitar entero el espectacular edificio de 14 plantas que comparten los desavenidos hermanos.
‘Solo’ millonarios

Un eslabón por debajo de los más ricos de todos están los solo millonarios. American Express calcula que en la India hay unas 123.000 personas con cerca de 625 millones de euros. Y que cada año este número aumenta un 13%. A este nivel se encuentran las estrellas más consagradas de Bollywood, las familias burguesas que el siglo pasado ya lo eran y algunos nuevos ricos muy ricos. Todos con casas de ensueño y muy dispuestos a gastarse grandes sumas de dinero en lujo y ostentación. Manesh Mandana, asistente del fotógrafo preferido de Bollywood, Farookh Chotia, asegura que, al menos en Bombay, «nadie se sorprende con los extremos: la pobreza es normal y la riqueza también».

 

La casa más cara del mundo, el rascacielos de Ambani. Foto: MAR JUNCAS