AMADO U ODIADO, las medias tintas no son para Santiago Calatrava, el arquitecto español que reorganiza el espacio inspirándose en la naturaleza. Se define a sí mismo como un artista pero es conocido internacionalmente por sus grandes obras arquitectónicas.

 

Calatrava asegura que existió una época en la que se construían ciudades para durar pero hoy, dice, la lógica del consumismo ha integrado un nuevo modelo de desarrollo urbano. Si la arquitectura sigue siendo antes de nada el signo más concreto de la civilización, también continúa ofreciendo una dimensión de lo sagrado desde la noche de los tiemp

¿Cómo recuperar el sentido de lo sagrado de un lugar, de la vida? 

Usted sabe que la arquitectura según Vitruvio que era un tratadista romano tenía tres cualidades “utilitas, venustas y firmitas”. “Firmitas” quería decir también “perennitas”, es decir, la permanencia en el tiempo. En el fondo, nuestra visión está muy influenciada por el esquema bíblico en el que hay algo de divino en cada persona. Es decir, el entender que dentro de cada persona hay algo especial, algo sagrado y divino, es algo que ilumina también nuestro modo de entender la arquitectura y significa también que, en el fondo, la arquitectura no sólo es un atributo o algo para uno mismo sino que entendemos el sentido hereditario de la arquitectura y la arquitectura como portante de la memoria de un tiempo. Pero en ese sentido, la arquitectura, que tiene esa potencia, frecuentemente está asimilada a conceptos de índole e interés hipotecario, es decir, el tiempo de amortización de una obra tiene que ser aquel que significaría el rédito que me aportaría el capital que estoy invirtiendo si lo hubiese puesto en un banco. Es ridículo este tipo de pensamiento porque las obras sistemáticamente nos sobreviven. 

¿Qué piensa usted de los países que utilizan las obras públicas para dar un poco de oxígeno a la economía? 

Yo pienso que una de las medidas importantes que hay que tomar en estos años de crisis es crear obras de infraestructura nuevas, modernas y es una ocasión única para llevar obras de infraestructura a los puntos más alejados. Una de las cosas que se hizo bien en España, yo creo, fue que la primera línea de alta velocidad no fue construída entre Barcelona y Madrid, sino que fue construída entre Madrid y Sevilla para evitar lo que se podría decir el “fenómeno del mediodía”, es decir, que las regiones del sur menos desarrolladas no pudiesen conectar con las regiones del norte más desarrolladas. Yo pienso que este tipo de pauta es una pauta que hay que seguir. euronews – Pero por ejemplo el puente de Mesina, las esclusas de Venecia o la línea ferroviaria del norte de Italia son obras muy polémicas.

¿Qué piensa usted?

Hay dos aspectos. Por una parte está el aspecto ambiental en el que hay que pensar. Es muy importante porque, evidentemente, no estamos hoy respecto al ambiente, al medio ambiente y al impacto ambiental en las mismas circunstancias que estábamos por ejemplo hace 30 o 40 años, es decir, hoy hay que construir obras mucho más bellas, mucho más adecuadas y con un impacto ambiental mucho más controlado. Pienso, sin embargo, que el coste de estas obras comparado a la cantidad de millones, billones o trillones que se están invirtiendo para regenerar una economía de papel puramente administrativa es ínfimo. Es decir, si usted piensa que los Estados hoy por hoy están dando a instituciones bancarias e instituciones de crédito para volver a sacarlas y hacerlas funcionales, la cantidad de dinero que supone esto, ¿verdad?, y ya no nos queda prácticamente más que el hecho de que nos pueden dar créditos otra vez. En cambio construir un puente, construir una autopista, construir una nueva línea de alta velocidad es un servicio que está allí, y queda permanente y queda en un sentido de servicio en lo cotidiano y cuesta mucho menos. Santiago Calatrava vive entre Europa y Estados Unidos donde trabaja en el “World Trade Center Transportation Hub”, en la zona cero de Nueva York.

¿Usted es partidario de una Europa “fortaleza” o de una Europa multicultural? 

No hay duda en que la Europa de los puentes es la mía porque es lo que yo me dedico a hacer. De hecho pienso que la historia europea está toda hecha de vínculos y de puentes desde las antiguas órdenes monacales de los benedictinos hasta la universidad. Para mí uno de los vínculos y de las instituciones más antiguas y más eficaces es la universidad. Todo está hecho de intercambios de vínculos, de viajes, de encuentros. 

¿Dónde es más fácil ser arquitecto en Estados Unidos o en Europa? 

Yo pienso que aquí en Europa vivimos en una ensalada o en una pasta en la que nos enfrentamos a lo mejor a una catedral que tiene una parte románica, que tiene incluso restos de cimientos del tiempo de los romanos, con una parte gótica y luego vamos pasando a determinadas zonas de la ciudad del tiempo renacentista y pasamos al barroco…vivimos entre los siglos. En los Estados Unidos es una cultura mucho más contemporánea, es una cultura mucho más de nuestro tiempo. euronews – Los ataques del 11 de septiembre fueron ataques contra la vida humana pero también contra un símbolo arquitectónico de Nueva York.

¿Cómo se siente? 

El hombre está en el centro de la arquitectura. Si uno piensa que estos edificios eran como “containers” llenos de personas y que han sido atacados con otros “containers” también llenos de personas sobre todo lo que denota es un gran desprecio al género humano. Por ello, la única manera de repararlo es con gran amor y con un gran sentido de la generosidad y de fe, no sólamente en nuestra percepción de la vida sino también en nuestro respeto a cada una de las personas y a través de ese respeto sublimado por la fuerza y la materialidad a la que usted se refería antes que representa la arquitectura como portadora de la memoria.