Amplio es el debate acerca de la arquitectura de estos días. ¿Se adapta esta arquitectura a los avances técnicos, a la sociedad, a la sostenibilidad?

Pero realmente, ¿qué es aquello que destaca hoy en día el arquitecto o la arquitectura?¿En qué pensamos al visitar o analizar una ciudad, sus edificios y su urbanismo?

No cabe duda que la arquitectura ha evolucionado junto a la sociedad. Tras la Época Antigua, sin recursos y apenas medios de transmisión de información, una época,   ANÓNIMA, caracterizada por las grandes      construcciones medievales , el boom de la Revolución Técnica  Industrial propició el resurgir de una nueva arquitectura experimental centrada en la funcionalidad y la racionalidad.

 


“En términos generales, el término “arquitectura vernácula” se refiere a estructuras realizadas por constructores empíricos, sin formación profesional como arquitectos. Es la manera tradicional y difundida de construir.”

“El concepto de arquitectura vernácula no es totalmente revolucionario, así la expresión y otras con las que élla se asocia pueden sonar novedosas. En efecto, arquitectura primitiva, indígena, anónima, popular, rural, tradicional, arquitectura sin arquitectos, son expresiones que hacen que La Idea de La arquitectura vernácula parezca exclusiva del reino de lo exótico y lo distante. Sin embargo, la mayoría de nosotros fuimos probablemente  criados en construcciones vernáculas, pues se estima que al menos un 90 por ciento de la arquitectura del mundo es vernácula, mientras sólo de un cinco a un diez por ciento de lo construido ha sido diseñado por arquitectos (Rapoport 1969) .

Por lo tanto, la denominación vernácula, no sólo se aplica a las sociedades del pasado, o no occidentales, o rurales”       

 

 



Amos Rapoport: “es el resultado de la colaboración de muchas personas durante muchas generaciones, así como de la colaboración entre los que construyen y los que utilizan los edificios, que es lo que significa el término «tradicional». Como todos conocen el modelo, no hay necesidad de diseñadores. Se pretende que la casa sea como todas las casas bien construidas del área. La construcción es sencilla, clara y fácil de entender y, como todo el mundo conoce las reglas, se llama al artífice sólo porque sus conocimientos son más «detallados». El tamaño, esquema, relación con el sitio y otras variables pueden decidirse en una charla y, si es necesario, asentarse en un documento escrito. Las cualidades estéticas no se crean especialmente para cada caso, son tradicionales y se transmiten de generación en generación”.

 

 

 

 

En 1964 aparece "Architecture without architects", una exposición fotográfica de Bernard Rudofsky, exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Como parte de la exposición, y en sustitución al catálogo común, se publicó un texto con el mismo nombre y con el subtítulo “Una pequeña introducción a la arquitectura sin pedigree”

En Arquitectura sin arquitectos, el autor mencion algunas características de los edificios anónimos como: el trabajo en comunidad, la importancia que tiene el contexto natural y físico, cualidades de durabilidad y versatilidad, así como conceptos y valores transmitidos de generación en generación.

 

 

 

Una arquitectura modesta, rudimentaria, sin pretensiones

estéticas, pero de una gran funcionalidad. Una arquitectura en la que el arquitecto es, al mismo tiempo, el usuario final, que involucraba al resto de componentes de la familia y, eventualmente, al resto de la comunidad, en el proceso constructivo.

 

  
Junto a ella apareció la figura del arquitecto, un nombre, un logo, una MARCA  strong>por encima de un edificio. Arquitectos como Wright llegaron a designar no solamente una persona sino una marca.

Ahora bien, los tiempos corren y la evolución tanto técnica como social continúa y, como no podía ser menos, la arquitectura se adapta a ello.

Los avances en la formación de los profesionales son innegables y la paulatina complicación de los trámites que comporta un proyecto han propiciado el agrupamiento de profesionales unidos por una única causa, el proyecto arquitectónico. 


 

 

La  marca  personal es la última    frontera del   posicionamiento  de los individuos   como productos  de  consumo  en   esta era de la cultura digital. En un mundo     crecientemente competitivo está siendo cada vez más importante  establecer quienes  teconocen y como te conocen.   Por   ello,  muchos  arquitectos  buscadores  de  prestigio  mediático  construyen aplicadamente  su  marca  personal. Analizan  concienzudamente  cuales  son  sus  valores irreproductibles  para  exponerlos  con eficacia  y,  también,  como  pueden  ser  percibidos por sus posibles clientes a lo largo y ancho del planeta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Al hablar de arquitectura, ya no se piensa en una única persona responsable de todos y cada uno de los aspectos implicados en un proyecto, en un Mies o un Le Corbusier, ahora pensamos en un EQUIPO de técnicos especializados que trabajan conjuntamente para un mismo fin. Muchos de ellos conocidos a nivel mundial como el despacho Zaha Hadid, West 8, ...  Otros no tanto, pero son los encargados de desarrollar muchos de los proyectos de urbanismo que se ejecutan en nuestras ciudades.

Poco a poco, el arquitecto, entendido como figura única y singular, pasa a formar parte de un todo,la arquitectura, que al fin y al cabo, es aquello que  perdurará en el tiempo y reflejará la "voluntad de época",de nuestra época.


      

 

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Su proyecto ha sido el elegido para levantar el Museo Munch de Oslo, desbancando a gigantes de la arquitectura como Zaha Hadid y Tadao Ando. Lo último, su candidatura a la medalla anual de la American Academy of Arts and Letters.

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"Creemos que los tiempos en que un arquitecto hacía de director de orquesta han pasado". La autoría de un proyecto hoy es compartida. El arquitecto plenipotenciario está en extinción El jefe de ACXT, el arquitecto Jesús Susperregui (Hondarribia, 1961), lo tiene claro. Cree que es el sentido instrumental de la ingeniería que hace posible las ideas de los arquitectos, lo que está cambiando la arquitectura.Vivimos en un tiempo de trabajo en equipo. La suma responde mejor a la realidad compleja actual?

 

 

 

 

Entonces, ¿por qué el Premio Pritzker se le da a una sola persona?

El premio Pritzker, que este año fue otorgado al arquitecto francés Jean Nouvel, es conocido a menudo como el Premio Nobel de la arquitectura. Se trata de una analogía incorrecta. Premios Nobel, ya sea en literatura, química, fí­sica, se dan a las personas por su trabajo individual; los edificios son el resultado del trabajo en equipo. A veces el Nobel se otorga a los pequeños equipos de cientí­ficos, investigadores y asistentes, pero no a 140 de ellos, que es el tamaño de Ateliers Jean Nouvel, cuya sede está en Parí­s, pero adicionalmente mantiene oficinas en Londres, Madrid, Barcelona, Roma, Y Minneapolis.