Le Corbusier denominó la nueva casa como la "machine à habiter / máquina de habitar", adaptándola a la revolución industrial que desde el inicio del siglo XX estaba cambiando el mundo. A partir de este momento la  Arquitectura debía preparase para dar muerte a la artesanía abriendo paso a la racionalización, industrialización y prefabricación. La casa, entendida como una máquina, sería un objeto útil, fabricado mediante el ensamblaje de piezas industrializadas al igual que un coche, un avión o un barco. Por ello Le Corbusier declaró la necesidad de crear la entonces inexistente "Caja de Elementos de Construcción" que haría posible la industrialización de la Arquitectura.

Creía que el objetivo de la arquitectura es generar belleza (muy conocida también es su frase: la Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz), y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios.

En cuanto al criterio de «máquina de habitar», estaba deslumbrado por las entonces nuevas máquinas: en especial los automóviles y aviones, considerando aquellos que tenían diseños prácticos y funcionales como modelo para una arquitectura cuya belleza se basara en la practicidad y funcionalidad; el racionalismo.

Atento seguidor de todos los adelantos técnicos y tecnológicos que surgieran, vio en el cemento armado la solución a muchos de los problemas que aquejaban a la arquitectura de su tiempo. Sobre este nuevo material edificó las bases para una NUEVA ARQUITECTURA. Con el cemento armado, se animó a proyectar los PILOTIS (columnas) que soportarían las viviendas y las separarían del suelo. Este nuevo material le permitió proyectar techos planos que contuvieran sus innovadores TECHOS-JARDÍN.

El arquitecto postula, además, el PISO LIBRE, dado que el cemento armado permitía que los muros portantes de las casas ya no delimitasen la planta y, por lo tanto, los distintos niveles del edificio ya no tenían que llevar una misma distribución.

El cemento armado también implicó para él una revolución en la historia de la ventana, ya que abre la posibilidad de soñar con la VENTANA EN AMPLITUD. De este modo, a partir de la optimización de una innovación técnica, configura un nuevo modelo constructivo.

 

A partir de un análisis de sus obras podemos apreciar que los principios estructurales y estéticos que utiliza derivan de sus conclusiones teóricas: PILAR EXTERNO soportando estructura, INDEPENDENCIA de ESTRUCTURA y PAREDES –no sólo exteriores, sino también internas–, PLANO ABIERTO para crear espacios fluidos, FACHADAS LIBRES de ornamentación, AZOTEA-JARDÍN. Estos elementos arquitectónicos constituyeron una visión innovadora al integrar un sistema de distribución de bienes y servicios autónomos, que serviría de soporte a la concepción de toda su arquitectura un ejemplo muy claro es el de la unidad habitacional contemporánea, dando respuesta a las necesidades de sus residentes y garantizando una autonomía de funcionamiento en relación con el exterior. Esta naturaleza autosuficiente pretendida por Le Corbusier es la expresión de una preocupación nacida en los años veinte del siglo pasado, en sus análisis de los fenómenos urbanos de distribución y que repercutían en la sociedad moderna.

De esta manera, las unidades habitacionales de Le Corbusier consolidaron los conceptos que ya venía desarrollando en torno a la idea moderna de habitar. Los principios que le daban cuerpo devenían de una idea de arquitectura como producto de la racionalidad, lo que resultó instrumento delineador de un sistema social y de razón. En él se incorporaban principios de funcionalidad y economía, reconociendo en la arquitectura un medio para ordenar el ambiente urbano y ofrecer mejores posibilidades para los grupos humanos. La misión era construir alojamientos para el cuerpo, el espíritu y el alma.

 

La concepción formal de este gran arquitecto asimilaba los principios que a día de  hoy son bien conocidos como suyos. Asentado sobre pilotes en hormigón armado, el edificio fue concebido con el fin de permitir una gran permeabilidad a nivel del suelo, funcionando como espacio de comunicación entre el exterior y el interior, con acceso a las comunicaciones verticales.

Las raíces de esta visión arquitectónica se hundían profundamente en la concepción del hombre como ser universal y en la naturaleza como fuente de inspiración. Le Corbusier sostenía que la arquitectura debe ser un "único indisoluble con la naturaleza", esto lo llevó a la convicción profunda de que el universo posee una rotunda simplicidad y es económicamente bello.

 

ARQUITECTURA DE HOY INFLUENCIAS DEL AYER

Actualmente la arquitectura se nutre de los grandes arquitectos del pasado y un gran ejemplo lo tenemos en LE CORBUSIER. Él fue el precursor de la industrialización de la arquitectura con unas bases muy claras para poder crear una nueva arquitectura basada en la funcionalidad y la racionalidad. Todo esto llevado a la actualidad nos lleva a que realmente ha habido una evolución en la industrialización de la arquitectura en general y la vivienda en particular.

Lejos quedan los inicios de la máquina para habitar en la que se teorizaba sobre su evolución. Actualmente esa teoría se ha convertido en la práctica de nuestra arquitectura. Claros ejemplos nos confirman esta evolución, la prefabricación como uso habitual en nuestra arquitectura es uno del ellos. Lo cierto es que desde la revolución industrial, que coincidía con el inicio de todas estas teorías, ha habido evolución in crescendo y no solo cuantitativa sino cualitativa y como bien sabemos detrás de una revolución de este tipo siempre hay un gran genio, agradecer debemos al padre de la arquitectura moderna por unas bases tan bien asentadas.