¿Qué es la modernidad liquida de Bauman?
La modernidad líquida es una figura del cambio de la transitoriedad de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez, propuesta por Bauman, intenta también da cuenta de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter transitorio y volátil de sus relaciones. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, se reduce al vínculo sin rostro que ofrece la Web. Surfear en las olas de una sociedad liquida siempre cambiante, incierta, y cada vez más imprevisible, es la decadencia del Estado del bienestar. La modernidad líquida es de un tiempo sin certezas, donde los hombre que lucharon durante la ilustración para poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro.
Una reflexión sobre las ideas de permanencia, identidad e interdisciplinaridad que nos pone a pensar y debatir sobre la arquitectura del Movimiento Moderno contraponiéndose con las certezas de la modernidad sólida, por la cual se miró con las incertezas de la modernidad líquida global contemporánea donde miramos y vivimos.
En este momento la definición de una identidad cultural es un hecho variable y transitorio que impide la construcción de una arquitectura con un estilo único de su tiempo. ¿Cómo hacer una arquitectura para la cultura volátil de hoy en día?
En el momento que Bauman dice “el enflaquecimineto genuino o presentido, paulatina pero inexorablemente, los límites de los territorios más fijos y distinciones, y la sustitución de grupos y asociaciones locales se define por las redes mediante la electrónica, indiferente a la soberanía del espacio físico y el apego a los lugares individuales y circunscrito a nivel local", queda clara la idea central de el autor que se refiere a la transitoriedad de la sociedad actual, la globalización. Ésta ha permitido romper barreras, diques físicos, políticos y culturales. Ha permitido a la incipiente liquidez desbordar nuestro planeta.
Esto nos hace pensar en porque vivimos en una época donde la cultura no tiene necesidades definidas por esta involuntariedad. Como dice Mies “La arquitectura siempre es la expresión espacial de la voluntad de una época. Zeitwille. Hasta que no se reconozca con claridad esta sencilla verdad no podrá dirigirse con acierto y eficacia la lucha por los fundamentos de una nueva arquitectura; hasta entonces seguirá siendo un caos de fuerzas contrapuestas.”
El espacio arquitectónico contemporáneo está cambiando acorde con las alteraciones sociales a nivel global. Con esto los arquitectos se encuentran en una duda cruel, muchos continúan haciendo, con la rigidez de el pasado, otros intentando inventar el futuro en vez de que los dos nos propongan una adaptación a llamada modernidad líquida. Este es un impedimento que estamos viviendo ahora.
¿Cómo adaptarnos a una nueva sociedad? ¿Cómo satisfacer sus nuevas necesidades? ¿Debemos intentar definir un estilo? ¿Aprovechar las facilidades de la modernidad?
