la ARQUITECRUA

NO

es una   OBRA     DE     ARTE.

 

Pero, ¿podemos denominar ARQUITECRUA (en mayúsculas) a algo que no tiene arte?

 

El concepto de obra de arte es bastante reciente. Durante siglos, la pintura no tenía una carga  ARTÍSTICA sino más bien SIMBÓLICA. También, la arquitectura.

Pero “Cuando se presenta una imagen como una     OBRA     DE     ARTE   , la gente la mira de una manera que está condicionada por toda una serie de hipótesis aprendida acerca del arte. Hipótesis o suposiciones que se refieren a:

La BELLEZA, la VERDAD, el GENIO, la civilización, la FORMA, la posición social, el GUSTO, etc.”

Al intentar definir arquitectura no hay ninguno de los autores de estos manifiestos que no puedan hacerlo sin decir que hacer ARQUITECTURA es un arte.

Pero, ¿es también una obra de arte? ¿De una manera  c o n s c i e n t e  o es intrínseco a ella?

Adolf Loos es el único que se atreve a decir rotundamente que no lo es. En una obra de arte pictórica o escultórica, se tienen en cuenta aspectos como el E S P A C I O, el EQUILIBRIO, la DENSIDAD, la LUZ. Todos estos conceptos también pueden aplicarse a la arquitectura. Pero Adolf Loos hace la máxima distinción entre estos dos géneros, al otorgar a la arquitectura el desempeño de una función y un carácter social y público al cual está sometida; cosa que puede ser más dudable en el caso de la obra de arte contemporánea (no a la que instruía a los feligreses analfabetos).

Pero, ¿es “sólo” (función, necesidad…) eso? NO, la ARQUITECTURA ha de ser capaz de dar paz al espíritu como decían los futuristas.

¿Se puede denominar ARQUITECTURA a una obra no realizada por un arquitecto?

Un campesino de alma SENSIBLE y con GUSTO puede hacer arquitectura aunque no trabaje con las mismas herramientas enseñadas en la escuela. El campesino se acerca más a la arquitectura racionalista del nuevo tiempo porque no despilfarra recursos ni esfuerzos; es una arquitectura proporcional a sus necesidades y recursos. Por eso Adolf Loos llama al arquitecto inculto y se refiere a los campesinos como a los únicos capaces de sacar la FORMA VERDADERA. En ellos se esconde la nueva arquitectura anunciada que, aunque se haya dicho que la única ley que impera es la ley del propio arquitecto, también se fundamenta sobre unas pautas; pero esta vez, son lógicas y no formales y su objetivo consiste en una abstracción de los elementos para llegar a su síntesis o esencia.

Volviendo a que la ARQUITECTURA es un arte; hay también una relación lingüística cuando, al referirnos a una construcción arquitectónica, nos referimos a ella también como a una obra, una CREACIÓN. Y, ¿no tiene toda creación una base creativa?

Una obra de arte es subjetiva y de ahí la diversidad de opiniones sobre ella, como el dicho, “para gustos, colores”. Una obra arquitectónica no es ajena a esto y, por lo tanto, no gusta a todos.

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la ARQUITECRUA

es      ARTE;

 

tiene un valor añadido estilístico que no importa de dónde proceda; si de la plasticidad de los materiales, de la PROPORCIÓN de las formas y su EQUILIBRIO espacial o del GUSTO subjetivo del usuario. Puesto que cada uno tiene su concepción propia de la belleza.

Como seres individuales propios de nuestra época, somos dueños de nuestros GUSTOS que no vienen especificados por unos dogmas (aunque sí comunamente por corrientes estilísticas) pero INFLUENCIADOS por nuestras experiencias vitales, las cuales nos llevan a hacer juicios de valor que nos aportan nuestros propias leyes de verdad y BELLEZA.


Sara Tamayo 

 

 


REFERENCIAS

Serie de televisión Modos de ver de John Berger

Primer capítulo 
Segundo capítulo