Fast Architecture

 

 

Hace dos años que vivo en Barcelona y sólo en pocas ocasiones he salido de la ciudad. Cuando me fui reciamente para un viaje a Valencia tenía que confrontar la imagen de la arquitectura española que me he creado tras los años con la realidad.
Desde el principio sé que Barcelona es una de las ciudades más ricas de Europa con un patrimonio arquitectónico conocido por el mundo entero y, como lo descubrí luego, con exigencias rigorosas en el ámbito de la edificación lo que se refleja claramente en su aspecto general. Quizás me esperaba a que algunos valores estéticos sean respectados también en la periferia. Quizás no había pensado que todo lo que sabía sería aplicado únicamente donde tiene que ser aplicado por defecto.
Íbamos en el coche mi madre y yo, ella laica en toda cuestión de diseño y yo arquitecta en formación y ni una ni otra no podíamos no ver las docenas y docenas y docenas de cajas-edificios repartidos sobre todo el litoral al largo de la carretera. Edificios totalmente desproporcionados respecto a un paisaje plano, de 10 a 20 plantas, en grupos de 4, 6 o 10, a veces no acabados, pero sobre todo totalmente obstruyendo la vista y con ni siquiera un signo de voluntad de pertenencia a su entorno. Y me pregunté: ¿por qué? ¿Por qué un arquitecto construiría un edificio  totalmente en contra de todas las leyes estéticas?
Y he llegado a dos respuestas. Primera: el dinero. Sin pensar en posibles cuestiones de corrupción, porque me parece que estos han sido tratados bastante ya, una cosa es segura: es el cliente (y su dinero) quién manda, y esto incluso antes de la crisis, cuando la mayoridad de estos edificios han sido construidos. La segunda, para mí personalmente mucho más preocupante, una pregunta y quizás respuesta: es posible que los arquitectos llegan hasta el punto de olvidar arquitectura y construir lo mas rápidamente posible?
De aquí viene el concepto de fast arquitecture: una arquitectura poco pensada, construida por laicos (para reducir los gastos), construida en poco tiempo y poco saludable. Sería injusto decir que la encontramos únicamente en España, porque no es verdad, la arquitectura mala se encuentra en todos los rincones del mundo. La vida de hoy seguramente es mucho más rápida y complicada de las decenas o siglos pasados y a ello se adapta nuestro estilo de vida. Solemos comprar mucho por menos, nos enamoramos de cosas y las tiramos de enseguida. Los coches, ropa, electrónica, todo lo que antes estaba dentro de una familia durante una generación entera hoy sale del hogar cuando un nuevo modelo más moderno está presentado. Queremos obtener todo en el momento mismo. La comida a la cual se le dedicaban horas de preparación se convierte en algo remanente y el fast food triunfa gracias a su rapidez. La casa deja de ser el lugar que recuerda las memorias de las generaciones pasadas que vivieron allí, todo el mundo quiere casa propia y nueva. Y donde hay demanda, hay oferta. Sería imposible que uno de los sectores más representativo de su tiempo, la arquitectura, no sea influenciada por este clima consumidor.  El resultado era construir lo más ràpido posible para gente que ha olvidado que es la calidad.
Pero al final son los arquitectos que no consigueron de convencir a sus clientes que su dinero pueda ser transformado en algo más original que estas cajas de conejos sobresaliendo sobre el horizonte. Personalmente es lo que me da más miedo de hacer un día como arquitecto: dejar de pensar sobre el impacto de mi edificio y simplemente contentarme con la solución que no ha requerido ningún razonamiento.

Adela Stredova

 


 


"El desarrollo del proyecto de un edificio puede llegar a ser terrible. Imagíne un programa en el que desea conseguir algo, pero no está seguro exactamente de lo que es. Así que decide hacer una lista de cosas que usted desea para su proyecto, e invita a todo el mundo para que le envíen sus ideas sobre ello. Usted no tiene otro tipo de interacción con estas personas. Se comunican - a lo mejor - por correo electrónico y, al final, entre todas las propuestas escoge el proyecto que considera el más cercano a su idea inicial. Este es el proceso de un concurso de arquitectura. Es similar a las citas por Internet, pero menos divertido."

- Charles Holland